martes, marzo 21, 2006

El dia en que me sentí feliz y ridículo a la vez


A veces las cosas hay que hacerlas en caliente. Un claro ejemplo seria el texto que escribiré a continuación. Tampoco es cuestión de sentarse uno delante del ordenador y obligarse a escribir algo, sea lo que sea, simplemente por el mero hecho de tener que escribirlo para llenar un hueco. Es mejor esperar a tener ganas y dejar que las palabras fluyan por los dedos en contacto con el teclado, o mejor aún, que fluyan desde dentro del corazón.

Esta semana esta siendo dura, he tenido que tomar algunas decisiones que aparentemente no tienen consecuencias graves, aunque si me pongo a estrujarlas entiendo la verdadera razón de haberlas tomado. Estoy en plena fiebre mtbikera, tengo que admitirlo. Asi que creo que es un buen momento para retomar el blog y contaros como fue aquel dia en el que decidi darme una segunda oportunidad.

No se si recordais una pelicula en la que una chica tenia que elegir el montarse en un tren o en otro y en función de su decisión la vida le deparaba una cosa u otra. Yo la recuerdo vagamente pero puede ser un buen ejemplo para entender lo que pasó cuando vi aquella bicicleta colgada en el balcón de mi casa. No se que hubiera ocurrido si hubiese decidido dejarla alli donde estaba, el caso es que no lo hice. Y me alegro.

"Tu andabás bien en esto. Te lo pasabas muy bien"; me dijé con convencimiento. "Seguro que a este trasto se le puede sacar partido". Descolgué la bicicleta de la pared y le pegué un pequeño repaso. El primer punto importante era limpiarla para poder valorar el estado real de la paciente. Rebusqué en lo más profundo del armario y encontré algunos ropajes bicicleteros que parecian ser sacados de los años 80. Rapidamente me pertreche como pude, cogi mi viejo casco y me apresuré a coger de nuevo mi montura. El destino estaba claro, la manguera a presión de la gasolinera más cercana. "Vamos a rodar un poquito a ver que tal y de paso le metemos una lavadita a esto". La bicicleta sonaba por todos los lados pero más o menos funcionaba que era lo importante. Camino a la gasolinera me senti un poco ridiculo. Mi ropa era vieja, y a parte de serlo, lo estaba... estaba vieja. Mis patas parecian las del oso yogui y con mi casco en la cabeza parecia el rey de los globeros. Eso si, por dentro iba contento como pocos dias, no sabia aun bien porque pero estaba entusiasmado. Me sentia feliz, un poco ridiculo pero feliz.
Pocos dias bastaron para darme cuenta que tenia ganas de regresar a esto. En cuanto pisé un par de pistas y me deslicé torpemente por otro par de senderos, me di cuenta de que no podia dejar pasar esa oportunidad. La búsqueda de una bicicleta en condiciones para mi regreso fue bastante rápida, de paso que engañaba a mi chavala para que probara a introducirse en este mundillo para ver si le gustaba. No nos complicamos mucho la vida y el decathlon nos sirvió de lanzadera mtbikera. Con las rockrider hicimos un sinfin de rutas y marchas además de conocer a gente maravillosa.

Me alegro mucho de la decisión que tome aquel dia porque he visto que esta afición que seguia latente en mi interior no ha hecho más que crecer y crecer cada dia más hasta convertirse en casi una enfermedad. Pero bueno, ojala todas las enfermedades fueran asi de placenteras y sanas, porque daría gusto estar convaleciente todo el año.
Actualmente montamos sobre maquinas bastante "interesantes" y ruteamos todo lo que podemos y más. Hay dias en los que rodamos rodeados de gente encantadora que vive esos momentos de la misma manera que nosotros. Estamos felices y contentos cada vez que pedaleamos por la montaña. Es curioso, a veces pienso en que hubiera ocurrido si la elección hubiese sido montar en el otro tren. Lo cierto es que aunque lo piense, me importa un pimiento, porque mi destino me guió hasta aquella gasolinera. Y aún habiendome sentido un poco ridiculo por el camino, recuerdo que cuando regresé a casa me senti feliz. De la misma manera en que me siento ahora al escribir estas palabras pensando en que en cuanto pueda volveré a montarme en mi bicicleta para pedalear. Sea la hora que sea. Solo me importa subir a la montaña y meterme un chute de mtb.